ESTADO DE CONSERVACIÓN DEL RETABLO
Agentes de deterioro
En la capilla mayor, los principales agentes de deterioro del retablo están relacionados con su uso como objeto de culto y la consiguiente actualización a gustos o modas del momento, adecentamientos o liturgias.
Así, la historia material del retablo muestra la remodelación sufrida a mediados del siglo XVIII en la que se intentó adaptar el retablo plateresco a la moda rococó, o los cambios en la mesa de altar debido al cambio de liturgia del Vaticano II.
Diagnóstico
En el diagnóstico se considerarán los añadidos rococós como parte integrante del retablo actual, no como remodelaciones estructurales.
Mazonería
Remodelaciones estructurales. De forma previa a la intervención, el banco donde apoya el retablo estaba cubierto por un panelado de madera decorado con pilastras. Esta estructura se encontraba perfectamente asentada e integrada en el presbiterio, aunque sus dimensiones se adaptaban al cabeceo de la mazonería existente en la predela. Bajo estos cerramientos se encontraba otra remodelación realizada al eliminar la mesa de altar. Consistía en el recrecido de las zonas del banco retranqueadas para formar una superficie plana. Los materiales utilizados en esta modelación consistían en ladrillo hueco de seis huecos, cemento y yeso. Se apreciaban dos tipos diferentes de policromía. Una primera amarilla, y la última un marmoleado gris realizado con salpicaduras. Cuando este banco fue sustituido por el cierre de madera se le realizó una roza para introducir un macarrón y poder pasar cables eléctricos.
Cabeceo de la predela. Estaba provocado por la carencia de anclajes de la estructura trasera al muro que, tras verse sometida a las remodelaciones estructurales sufridas en el banco, ha flectado hacia delante.
Presencia de actividad de insectos xilófagos. En el informe previo ya se indica que el ataque se encontraba activo. En la intervención se han encontrado escarabajos vivos.
Pérdida de aplomo con inestabilidad.
En las retropilastras y columnas, la falta de aplomo es consecuencia del movimiento generalizado del retablo al cabecear la predela. En la remodelación del siglo XVIII también se realiza la sección de algunos elementos machiembrados como los que probablemente existieron en los balaustes, por lo que a falta de ensamblajes se vieron ajustados con calzos.
Existe falta de asentamiento del guardapolvo derecho respecto a la calle central. Está provocado por los movimientos estructurales sufridos.
El remate rococó, en origen diseñado con inclinación al poseer mayor dimensión que el arranque de la techumbre, se encontraba únicamente sujeto al techo con cuatro escuadras metálicas laterales. El hecho de que las condiciones estructurales de la armadura no eran las adecuadas para sustentar elementos, hacía que el remate presentase signos de gran inestabilidad.
Pérdida de soporte repetitivos. Se localizaban principalmente en las cornisas. Está provocado por roturas, debilitamiento causado por insectos xilófagos y mutilaciones intencionadas para colocar elementos. Parte de estas mutilaciones se realizan con el objeto de instalar remodelaciones rococós, como la existente en la hornacina central en la que se ha eliminado el capitel de la retropilastra derecha.
En la zona central de la predela se han mutilado cornisas y molduras para crear un espacio donde acoger el sagrario. Es probable que estos cortes existieran ya en la estructura renacentista para acoger el sagrario.
Embutido de elementos repetitivos. La moldura inferior de la predela se ha visto embutida en el banco de obra quedando parte de su decoración cegada por yeso y morteros.
Fractura de piezas.
Numerosos remates rococós se encontraban rotos, al estar colocados con puntas. Existían puntas de forja originales y puntas modernas de trefilería.
Uno de los balaustres también se encontraba fracturado, y había sido reforzado con una espiga metálica.
Policromía
Rotura de yesos del repolicromado. Está provocada por el movimiento de la estructura del retablo, y el sistema de repolicromado, en continuo, sin seguir las unidades del sistema constructivo. Gran parte de la unión de las chambranas al arquitrabe se encontraban rotas al haberse movido las tablas.
Presencia de repintes. Al margen del repolicromado de la mazonería, que se considera como parte integrante del retablo, existen repintes de purpurina en zonas bajas.
En los frisos, las cabezas decorativas de los ángeles aparecen repintadas incluso en zonas de pérdidas de soporte.
Suciedad generalizada y con presencia de cúmulos de cera localizada principalmente en la zona inferior del banco.
Grandes depósitos de suciedad en el reverso con acumulación de escombros y agentes bióticos, incluido un nido provocados por condiciones deficitarias de mantenimiento a lo largo del tiempo.
Aplicación de diferentes sustancias. Tienen por objeto la avivación temporal de los colores.
Lienzo de San Benito de Nursia
Deformaciones provocadas por la falta de bastidor.
Roturas y desgarros en el soporte.
TABLAS
Soporte
Alabeos de los paneles que conforman las tablas y debilitamiento de travesaños. Están provocados por la falta de sujeción de travesaños, con la pérdida de alguno de ellos de forma integral o parcial, y la pérdida de adhesión de las estopas de refuerzo del reverso. Las tablas mayormente alabeadas corresponden con la zona donde incide la luz de la ventana.
Capas pictóricas
Repintes en la práctica totalidad de las tablas. Dependiendo de la tabla, el repinte es generalizado o selectivo. Los repintes selectivos están localizados en las tablas inferiores de la predela y algunas del primer cuerpo. Las zonas que se respetan son principalmente las carnaciones.
Oscurecimiento de las diferentes capas aplicadas sobre la policromía. En la analítica se indica que existe la presencia de diferentes capas superpuestas todas ellas oscurecidas. La de colofonia, que se encuentra en contacto con la policromía original, seguida de aceite de linaza, y colofonia pigmentada. Entre ellas, se han aplicado diferentes capas proteicas que dificultan su disolución.
Pérdida de adhesión de capas pictóricas. Están relacionadas principalmente con la pérdida de adhesión de las estopas de refuerzo colocadas en el anverso y el movimiento de las tablas principalmente en los paneles de unión.
Las tablas de la predela presentan grandes oquedades y levantamientos, sin que se haya podido determinar la causa en la actualidad.
Pérdidas de capa de policromía. La capa pictórica presenta pérdidas en todos sus estratos. Aunque existen grandes lagunas (localizadas en las tablas de la predela) provocadas por grandes levantamientos de la capa de preparación respecto al soporte. El resto de las pérdidas son de escasa entidad. Las principales causas de su existencia están relacionadas con causas antrópicas como colocación de puntas o aplicación de diferentes limpiezas. También se dan por causas constitutivas de las propias tablas, como es el deficitario sistema de ensamblaje de los paneles que componen la tabla que carecen de travesaños solventes de sujeción. Esto ha favorecido el movimiento de los paneles provocando la rotura y pérdida de policromía en forma de grietas y fisuras.
Suciedad generalizada. Presencia de polvo compactado y restos biológicos como telarañas deyecciones de aves provocados por la imposibilidad de acceso al reverso.
Promovido por la Junta de Castilla y León. Consejería de Cultura y Turismo.
© Todas las imágenes y contenidos pertenecen a la Junta de Castilla y León que no permite su uso sin autorización expresa.