ESTADO DE CONSERVACIÓN DEL RETABLO
Agentes de deterioro
Los principales agentes de deterioro del retablo están relacionados con su uso como objeto de culto y a la consiguiente actualización a gustos o modas del momento, adecentamientos o liturgias. Así, la historia material del retablo muestra la remodelación sufrida a mediados del siglo XVIII en la que se repintó el banco y algunas zonas del tabernáculo. También pueden observarse restos de antiguas instalaciones eléctricas que iluminaban la Virgen de Valvanera.
Los principales riesgos que presenta el retablo mayor de Frechilla están relacionados con las siguientes circunstancias: Debilidad del soporte motivada por agentes bióticos (ataque de insectos xilófagos). Problemas estructurales derivados del gran tamaño del bien, que hacen difícil estabilizar de forma equilibrada todo el conjunto, y de la técnica constructiva del baldaquino, cuya base de obra presenta graves problemas de inestabilidad. También, con acciones de degradación antrópica, consecuencia de las sucesivas remodelaciones y readaptaciones llevadas a cabo en la zona del sotabanco y del baldaquino, y en los reversos, con motivo de la instalación de escaleras apoyadas en la estructura para acceder a las zonas superiores.
Diagnóstico
RETABLO
Mazonería
Presencia de actividad de insectos xilófagos.
El ataque biótico es generalizado, aunque no ha llegado a debilitar las funciones portantes de la estructura. Se aprecian signos del ataque de insectos tanto en molduras como paneles decorados, columnas y figuras. Se hace especialmente evidente en la predela y banco al encontrarse más cerca del suelo y estar afectado el soporte por humedad de capilaridad. Las montañas de polvo indicaban que se encontraba activo.
Cúmulos de polvo y escombro en las traseras y en el anverso.
Existía gran acumulación de polvo y depósitos de distinta naturaleza en todos los elementos horizontales, talla ornamental en relieve, grietas y fendas. En las traseras la capa de polvo poseía un gran grosor de escombro y se encontraba compactado y mezclado con detritus de aves.
Oxidación de las fijas metálicas de la estructura que anclan la mazonería al muro.
Inestabilidad estructural de la mazonería.
Estaba provocada por ligeros desplazamientos en las piezas que forman paneles. También podía observarse desplazamientos en las tres piezas que forman el fuste de las columnas. Si bien todos estos desplazamientos son de escasa importancia, unidos a la gran dimensión del retablo podían provocar cabeceos o desplomes estructurales por lo que fue necesario revisar todos los aplomos.
Remodelaciones estructurales.
La zona del baldaquino había sufrido remodelaciones estructurales que habían modificado la calle central existiendo zonas mutiladas y añadidos de diferente naturaleza.
Inestabilidad de la zona de apoyo del baldaquino.
La base de apoyo del baldaquino está formada por una estructura de obra que presentaba debilitamiento en los diferentes materiales que la componen. Los recubrimientos enfoscados se encontraban ahuecados, descohesionados y presentan importantes pérdidas de soporte.
Aditamentos eléctricos.
Existía una instalación eléctrica que recorría todo el retablo con bombillas, interruptores, enchufes y metros de cables, incluso un altavoz está fijado al retablo. Se aprecian innumerables cables y grapas de sujeción.
Aplicación de capas de diferente naturaleza.
La superficie del retablo presentaba diversas capas de suciedad, barnices y ceras cuyas capas adquieren mayor grosor en las zonas bajas.
Repintes.
El sotobanco presentaba un marmoleado repintado en tonos marrones con una gruesa capa de pintura plástica sobre una policromía en tonos crudos en buen estado y de mayor calidad. El baldaquino o tabernáculo presentaba también repintes, purpurinas, y barnices cristalizados en su parte interior.
ESCULTURAS
Las figuras se encontraban en buen estado de conservación, presentando ataque biológico leve.
Las faltas de volumen son puntuales, y no presentan alteración grave del soporte. Se localizan principalmente en volúmenes sobresalientes, como dedos.
Los estratos superficiales se encontraban, en general, en buen estado, con buena adherencia y sin pérdidas destacables. La capa de protección aparecía ligeramente oxidada. Al igual que en el retablo, destacaba en ellas la gran acumulación de polvo. En las tallas del ático existen numerosas pintadas que marcan con lápiz, sobre las carnaciones, sucesos, firmas y años.
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