AGENTES DE DETERIORO

En toda la capilla los principales agentes de deterioro están relacionados con el mantenimiento del inmueble donde se ubica y con su uso.  Por una parte, la humedad de infiltración que durante años se ha introducido en la capilla por las cubiertas ha provocado elevados índices de humedad relativa y de capilaridad que han favorecido la oxidación de materiales. En las zonas inferiores se evidencian patologías relacionadas con la proximidad de aditamentos de culto como velas, que se manifiestan en quemaduras y gotas de cera en el pretil. La aplicación de sustancias con color en las baldosas de barro también ha provocado manchas y veladuras oscuras que distorsionan el color de la piedra de arranque.

ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA REJA

Pretil de piedra

Rotura. Se presentan en volúmenes sobresalientes de las esquinas y del arranque del friso, se han provocado por golpes.

Enterramiento de parte del zócalo. La solería de la nave, formada por loseta de barro, ha invadido parte del zócalo del pretil. Se aprecia especialmente en los laterales.

Suciedad. El soporte de yeso se encuentra muy ennegrecido a causa de la suciedad superficial y del hollín del humo de las velas, resobe y chorreones de sustancias procedentes de aplicar capas de protección para avivar el color de la reja.

Pérdida de mortero de juntas. Los altos índices de humedad a los que ha estado sometida la capilla han provocado la pulverulencia de algunos morteros de junta con la pérdida de material en zonas puntuales.

Reja

El hierro es un material muy sensible al deterioro, ya que se degrada fácilmente en presencia de humedad, provocando la oxidación del metal. Por ello, tradicionalmente se ha protegido con barnices y aceites que, aunque alteran su acabado garantizan su preservación.

Suciedad superficial y depósitos de polvo. Están presentes en toda la reja, especialmente en los volúmenes sobresalientes. La acumulación de polvo y depósitos de tipo orgánico han provocado en determinadas zonas la pérdida de la capa de oro.

Pérdida de dorado por oxidación de metal. Se localiza en las zonas de acumulación de polvo. La pérdida puede ser puntual o extensa.

Pérdida de adherencia del oro. No existía pérdida de adherencia.

Oxidación del metal. Se localizaba en zonas de hierro visto sin proteger por capas de aceites ni policromías. También en forma de concreciones puntuales de oxidación provocadas por el propio material constitutivo.

Deformaciones. Se localizan en volúmenes de la crestería.

Pérdidas volumétricas. Se localizan también en la zona de la crestería que han debido de desaparecer al perderse el remache que las unía al conjunto. No se aprecian grandes pérdidas de volumen ni desajuste de piezas estructurales que puedan poner en peligro la estabilidad del conjunto.

Oxidación de barnices y de productos de protección. Se aprecian restos de barnices oxidados sobre las policromías y hierro de la reja. La sucesión de estos productos ha conferido a la reja un aspecto oscuro, llegando a ocultar, en algunas áreas, el aspecto de los metales originales, especialmente en el caso de las áreas doradas.

RESTAURACIÓN DE REJA Y RETABLO DE LA CAPILLA GALLO DE ANDRADA. IGLESIA DE EL SALVADOR EN SIMANCAS (VALLADOLID). EXPEDIENTE A2020/000884

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